Para muchos, la parte táctica es el alma de Football Manager, la expresión de nuestro trabajo en el campo de juego. Sin embargo, puede resultar complicado entender todos los conceptos que están en juego. Veamos entonces como crear tacticas efectivas en Football Manager.
Algunas aclaraciones antes de comenzar
Como siempre, me gustaría aclarar que no me considero un experto. Todo lo que sé lo aprendí leyendo, viendo y escuchando a gente con muchos más conocimientos, y poniendo esos conocimientos a trabajar mediante la propia experimentación. La intención de este artículo es orientar acerca de algunos conceptos. Es el método que utilizo para crear una táctica, pero bajo ningún concepto pretendo instalarlo como una ley o algo infalible.
Por otro lado, diré que Football Manager es una simulación recreativa y, por tanto, un sistema más simple que aquellos que regulan la realidad, lo que lo vuelve infinitamente más sencillo de engañar. Existen tácticas que juegan al FM y no al fútbol; no son el punto de este artículo. Mi intención es describir un método que permita la construcción de tácticas ancladas en alguna medida de realidad. No quiero romper el juego, lo pagué caro y me gusta jugarlo.
La base de una táctica
Los tres pilares
La base de toda táctica está compuesta por tres elementos sobre los cuales se construyen todos los aspectos de un sistema de juego. La armonía entre ellos definirá si el resultado final es efectivo o no. Es si mismos, resultan suficientes para que un mismo equipo juegue de maneras totalmente diferentes. Estamos hablando de Mentalidad, Formación y Roles.
Una táctica en Football Manager es un sistema orgánico en el que toda decisión que tomemos ejercerá una influencia sobre las anteriores y las siguientes. Por eso, es importante llegar a este momento con una idea clara de nuestros objetivos. De esa manera, la toma de decisiones seguirá un hilo de pensamiento coherente y no terminaremos con un monstruo de Frankenstein, con partes prestadas que no conforman un todo integral.
Sistema vs. intérpretes
El dilema que plantea si el sistema define a los jugadores o los jugadores definen al sistema es la versión futbolística del problema del huevo o la gallina. La respuesta, para mi, se encuentra en algún punto intermedio que dependerá de las condiciones dadas.
Para un entrenador de primer nivel, que cuenta con jugadores de gran calidad capaces de cumplir una multitud de funciones, y el potencial económico para reemplazar a los que no lo hagan, tendrá mucho más sentido priorizar un sistema del cual está convencido.
Para un técnico de ligas bajas que debe conformarse con lo que encuentra a su llegada al club y poco más, será mucho más lógico encontrar un sistema que facilite el más alto rendimiento a sus mejores jugadores.
Guardiola y Mourinho, representantes de estilos distintos cuando se trata de la forma de definir un estilo de juego.
Obviamente, también existen quienes se sitúan en un extremo o el otro sin importar la situación del equipo; en mi opinión ambas posturas se ven perjudicadas si el contexto no es propicio. Para mi la mejor opción es, con una idea de base, entender en qué puntos podremos profundizar y dónde deberemos adaptarnos a las realidades de la plantilla.
Para eso es necesario un análisis pormenorizado del plantel, como se ha expuesto en el artículo anterior; pasemos entonces a conocer los ingredientes básicos de una táctica y como sentar las bases de una estrategia funcional. Veamos cuales son.
Mentalidad
¿Que es?
La Mentalidad es la intención de juego de nuestro equipo, y debe reflejar que propone el entrenador que se haga sobre la cancha. La misma influye sobre el ritmo, la elección de pases, la movilidad posicional, el ancho de juego, y la intensidad de presión; por tanto, la elección de una mentalidad adecuada para la idea de juego que pensamos desarrollar es absolutamente vital.
Es importante entender la mentalidad no como una extensión de su nombre, sino como un factor que determina los riesgos y libertades que estará dispuesto a tomar el equipo. Esto significa que el solo hecho de elegir una mentalidad “Ofensiva” no necesariamente nos hará jugar al ataque. Es quizás más adecuado pensar las mentalidades de “Muy defensiva” hasta “Muy ofensiva” como de “menos agresivas” a “más agresivas”, de “menos móviles” a “más móviles”.
Las mentalidades en acci´´on. El equipo rojo, con una mentalidad más agresiva (positiva, ofensiva o muy ofensiva) juega naturalmente con pases más directos, los jugadores más abiertos y traslaciones más largas, al igual que presionando con mayor intensidad. El equipo azul, en una mentalidad menos agresiva (cauta, defensiva o muy defensiva) hace exactamente lo contrario. Ambas opciones tienen efectos negativos; el equipo rojo se expone a que sus jugadores queden fuera de posición, a perder la pelota con sus pases largos o a que la presión quede expuesta; por otro lado, el equipo azul puede ceder demasiado la iniciativa o atacar de forma muy estática sin desestabilizar al rival.
La mentalidad correcta
Entonces, ¿cómo elegir la mentalidad adecuada para la idea que queremos plasmar? Simplemente pasa por pensar si buscamos acentuar la movilidad y la toma de riesgos de nuestros jugadores o limitarla. Veamos el caso del TeBe para ejemplificar: habíamos decidido que queríamos implementar un estilo de Gegenpressing; la plantilla se presta a eso y hemos hecho las incorporaciones adecuadas (dentro de nuestras posibilidades) para desarrollar ese estilo.
La idea entonces es utilizar una línea de presión alta e intensa, con una contrapresión inmediata que busque recuperar la pelota cuanto antes y lanzar un contraataque rápido. Necesitaremos que el equipo esté bien predispuesto a presionar con intensidad, mover la pelota con velocidad y pasar rápidamente de la fase defensiva al ataque tomando algunos riesgos. Eligiremos entonces una mentalidad “Positiva” que predisponga a los jugadores a ir hacia delante y desplazarse algo más libremente.
Beenhakker, Cruyff y Van Gaal; tres entrenadores holandeses, tres filosofías distintas. Que sea la única foto de los tres que encontré habla de antipatía que se tenían, sobretodo los últimos dos.
Como contraejemplo veamos lo que pasaría si buscáramos armar un equipo que busque priorizar la posesión. Vamos a querer que los jugadores retengan el control de la pelota, tanto como herramienta para atacar como para evitar que lo haga el contrario. Uno pensaría que se trata de un equipo ofensivo, que busca avanzar posicionalmente y jugar en el campo rival. Si bien esto es cierto, muchos han dicho que algunos de los que equipos que juegan de esta manera aburren a los espectadores (me viene a la mente rápidamente el soporífero Manchester United de Louis Van Gaal). Entonces ¿qué está pasando?
Sucede que, en términos de FM, esos equipos juegan con una mentalidad “Cauta”. Estan minimizando los riesgos y favoreciendo pases cortos y simples que no hagan peligrar la posesión. Obviamente, se puede construir un equipo del mismo estilo con una mentalidad de ataque (el Ajax que maravilló al mundo durante la Champions League de 18/19, por ejemplo), pero el caso sirve para entender que no necesariamente una mentalidad “A” nos llevará a un resultado “B”, sino que hay múltiples formas de entender y desarrollar un estilo. Crear nuestra táctica alrededor de la mentalidad correcta es clave para ver en el terreno de juego lo que formamos en nuestra mente.
Formación
¿Que es una formación en FM?
La formación (o esquema) es lo que da la táctica su estructura en el campo de juego, a la vez que designa las posiciones iniciales que ocupará cada jugador de nuestro equipo; define el puesto del que partirán al iniciar la transición ofensiva y el puesto al que regresarán al acabar la transición defensiva.
La formación es muchas veces desestimada como un elemento clave de la táctica, al menos entre los jugadores de FM. El hecho en sí me resulta curioso, ya que durante años la evolución táctica del fútbol fue descrita meramente como un ordenamiento de números; del 2-3-5 al 3-2-2-3 (la famosa WM), al 4-2-4, etc.
La realidad es que un 4-3-3 puede ser tan diferente de otro 4-3-3 como similar a un 4-4-2; el 4-3-3 de Pep Guardiola durante su primera temporada a cargo del Barcelona tenía muchas más similitudes con el 4-4-2 que utilizaba Arsène Wenger en el Arsenal de “los Invencibles” que con el 4-3-3 del Liverpool de Klopp. Ello no quita que se trate de una parte fundamental en toda táctica.
Analisis posicional de ambos equipos. Vemos como el desplazamiento hacia atras de Bergkamp le permitía organizar el juego desde tres cuartos de cancha de forma similar a Iniesta. A la vez, Vieira operaba como un dínamo en el centro, enganchando el ataque y la defensa, un método más físico que el rol mucho más técnico que hacía Xavi, pero con la misma función. Dentro del estilo propio de cada equipo, ambos proponían cuestiones similares.
¿Cómo elegir la formación adecuada?
Aspecto táctico
Elegir la formación correcta es clave para que el equipo juegue como queremos. Si el esquema no coincide con nuestra idea de juego, los jugadores podrían terminar en posiciones poco convenientes a la hora de defender, o demasiado alejados de los espacios que les corresponde ocupar al momento de atacar.
Un ejemplo de ese error podría ser jugar al Gegenpressing con una formación que agrupe jugadores en el carril central, como la 4-1-2-1-2 . La táctica predica la idea de mantener una presión constante sobre el rival, pero la formación obliga a los jugadores a recorrer largas distancias para cubrir a su rival o cerrar los caminos de pase. Esto vuelve cualquier esfuerzo por presionar no sólo potencialmente inefectivo, sino además extenuante para los intérpretes. Es vital entonces elegir un esquema que favorezca (o cuanto menos, no perjudique) el estilo que buscamos desarrollar.
El 4-3-3 del Liverpool de Jürgen Klopp. Vemos como los jugadores se distribuyen de forma pareja en el campo, de forma que ninguna opción de pase está verdaderamente libre. Es cuando el receptor comete un error que la defensa se cierra sobre él para forzar la pérdida.
Aspecto de equipo
Tambien es importante considerar la plantilla a la hora de elegir. Si, por ejemplo, no tenemos variedad de buenos jugadores de banda, podemos preferir un esquema con línea de 3 y carrileros; en cambio, si el caso fuera que disponemos de dos o más mediapuntas destacados, sería lógico elegir un sistema similar al “árbol de navidad” que usaba Carlo Ancelotti en el Milan, un 4-3-2-1.
El 11 regular del Milan campeón de 2003/2004. La presencia de dos jugadores de enorme calidad como Kaká y Rui Costa obliga a un esquema con dos mediapuntas. Esto se apoya en la presencia de un delantero capaz de liderar la línea por su cuenta y tres jugadores de un enorme despliegue físico como Seedorf, Gattuso y Cafú. Si removemos cualquier parte del rompecabezas todo el esquema pierde sentido.
¿Cómo hacemos esto? Pensando dónde va a requerir nuestra idea de juego que tengamos jugadores disponibles, y cómo ubicarlos. En el caso del TeBe, por ejemplo, vamos a jugar un estilo de Gegenpressing como habíamos dicho; esto nos demanda un esquema que distribuya a los jugadores de la forma más pareja posible, minimizando el espacio de la cancha que cada jugador debe cubrir.
Eligiendo un esquema
Dos esquemas que funcionan muy bien para la tarea mencionada son el 4-4-2 y el 4-3-3; veamos las ventajas y desventajas de cada uno. En el 4-4-2 la distribución geométrica de los jugadores es casi óptima; eso permite que cada jugador se responsabilice por solo un pequeño sector de la cancha. Además, al concentrar jugadores por el centro, permite una organización defensiva compacta que niegue espacios al rival. Asimismo, las opciones de ataque con dos delanteros se multiplican, ya que se puede buscar un receptor que se desmarque o arrastre la marca sin perder la referencia fija en el área.
El punto flaco del 4-4-2 es el mediocampo de dos hombres, que puede resultar fácilmente dominado por cualquier esquema con tres centrocampistas. Esto puede complicar a un equipo que busque lograr el dominio de la pelota con regularidad.
Comparación de distribución espacial entre un 4-3-3 y un 4-4-2. Como vemos, en el 4-4-2 los jugadores son responsables por porciones de terreno mucho más parejas.
En el caso del 4-3-3 la distribución de los jugadores es más despareja y el único punta debe mostrar un mayor despliegue para ayudar a su equipo. Sin embargo, un centrocampo con tres hombres permite un control más continuo de la posesión y la posición más adelantada de los extremos nos posibilita utilizarlos de formas más variadas.
Para el TeBe decidí formar en un 4-3-3. Nuestra plantilla se ajusta mejor a ese esquema y, siendo uno de los mejores equipos de la liga deberemos salir a buscar todos los partidos.
Roles y tareas
Las piezas del rompecabezas
Los roles representan el conjunto de instrucciones que le daremos a un jugador para que en la cancha realice las acciones que esperamos de él, y por tanto cumpla su función dentro de la táctica. Si la mentalidad prove de alguna manera la norma general del funcionamiento de una táctica, y el esquema representa la estructura sobre la cual la misma está construida, los roles serán los distintos engranajes que, encajando de una u otra forma, terminarán de brindarnos el estilo que buscamos.
Es importante entender que, como sucede en todos los aspectos de una táctica, cada uno de los roles interactúa con aquellos que le rodean, con la mentalidad, con el esquema y con cualquier otra instrucción que se haya implementado. Las descripciones que nos da el juego de los mismos son un buen punto de partida para entender su funcionamiento. Sin embargo, no se trata de objetos aislados, sino que se mueven dentro de un contexto y son ejecutados por un intérprete.
Un DFC-De no se moverá de la misma manera si forma parte de una línea de 3 o una línea de 4, si su compañero o compañeros están en el mismo rol o tarea, si el mediocampo está compuesto de una forma o de otra. De la misma manera, dos jugadores con atributos diferentes trabajarán de formas diferentes incluso ubicado en la misma posición y teniendo adjudicado el mismo rol. Por ejemplo, un EXT con velocidad intentará batir en el duelo personal a su marcador mucho más seguido que uno que destaque más en sus atributos técnicos.
Diferencias en tareas
La mayoría de los roles contempla al menos dos tareas disponibles (Apoyo o Ataque, Defensa o Apoyo, etc.) . Dos jugadores idénticos en un mismo rol se comportarán de manera más o menos agresiva según la tarea que les sea asignada. Un jugador en tarea de Ataque tomará más riesgos, presionará con mayor intensidad y se moverá hacia delante más seguido que un jugador en tarea de Apoyo. De la misma manera, un jugador en Apoyo será más agresivo que uno en Defensa.
Existen roles que tienen tareas diferentes. Los roles de los defensores centrales pueden desplegarse en tareas de Cubrir (más pasivo), Tapón (más agresivo) o Defensa (neutro). Los algunos roles como los Carrileros o los Centrocampistas tienen la tarea automática, que se convertirá en tarea de Ataque, Apoyo o Defensa según la mentalidad del equipo; sin embargo, no los recomiendo
Podemos ver como el W-A (Extremo-Ataque) ataca con mayor agresividad los espacios y arranca desde una posición mucho más adelantada que el W-S (Extremo-Apoyo).
Es importante entonces elegir roles y tareas que se combinen de buena manera con el objetivo de lograr lo que queremos ver en la cancha, pero considerando a la vez qué es lo que puede hacer nuestro equipo.
Calidad Posicional e Idoneidad del Rol
Dos cuestiones que debemos tomar en cuenta cuando elegimos los roles y tareas para nuestra táctica son la Calidad Posicional y la Idoneidad del Rol de nuestros jugadores.
La Calidad Posicional es un atributo del jugador que indica cuales son los puestos en los que está acostumbrado a jugar. Un jugador que está jugando en un puesto en el que no es al menos “eficaz”, tendrá una reducción de ciertos atributos mentales durante el partido. Esto no quiere decir que no pueda dar un buen rendimiento sino que, al menos en el corto plazo, su nivel no será óptimo. La Calidad Posicional, sin embargo, se puede entrenar para que el mismo aprenda un nuevo puesto.
La Idoneidad del Rol es una opinión del asistente acerca de qué tan adecuados están los atributos del jugador a cualquier rol. No se puede entrenar, aunque como es de esperar al jugar y entrenar en dicho rol, el jugador crecerá en los atributos necesarios y su idoneidad mejorará. La razón por la que algunos roles siempre aparecen como bajos en idoneidad en muchos jugadores es por que tienen un umbral de Calidad Actual; el jugador debe superar dicho nivel para que el asistente los recomiende.
La Calidad Posicional de un jugador está incluida dentro de su Idoneidad del Rol, y el jugador no sufrirá ninguna penalización a sus atributos sin importar el rol en el que se lo coloque, si es ubicado en una posición en la que es al menos “eficaz”.
Diferencia entre Calidad Posicional (Positional Abilities) e Idoneidad del Rol (Role Suitability).
Entonces, si bien no es necesario utilizar cada jugador en su mejor rol, sí es conveniente colocarlos en los puestos para los que destacan naturalmente. Lo rápido o lento que un jugador aprenda una nueva posición está definido (al menos en parte) por su atributo oculto de Versatilidad. En general, los jugadores (incluso aquellos entrados en años) pueden aprender uno o dos puestos si no son totalmente distintos a los que ya dominaban.
Los roles y la transición
Desde un punto de vista táctico, debemos tomar en cuenta que los roles son los que determinarán la forma en que ataca nuestro equipo. Más que la Mentalidad, el Esquema o las Instrucciones de Equipo, son los Roles los que definirán cómo transiciona nuestro equipo a la fase ofensiva, y qué posiciones ocuparán y cómo se moverán los jugadores una vez dentro de ella. Es necesario entender cómo actuará cada jugador según el rol escogido, ya que esto a su vez nos permitirá entender cómo se vincularán entre sí.
A su vez, debemos tener en cuenta que muchos roles tienen instrucciones ocultas. Las mismas los hacen comportarse de formas que no están explicadas en la descripción del rol o las instrucciones dadas. El ejemplo más característico es el de los roles de organización, que tienen una serie de instrucciones que hacen que los demás jugadores les pasen la pelota más seguido, ya que se supone que ellos son quienes ordenan el juego del equipo. Esta es una de las razones por las que, generalmente resulta difícil hacer funcionar tácticas con dos o más roles organizadores.
Elección de roles y balance del equipo
Veamos los roles que elegí para mi táctica para entender mejor cómo se relacionan los roles entre si y la relevancia de estas relaciones en una táctica. Otro punto a considerar es el balance del equipo. Es importante que el equipo esté equilibrado para no exponer la defensa, ni diluír el ataque.
De la misma forma que ocurre con las mentalidades de equipo, los roles tienen sus mentalidades específicas, que reaccionan a la mentalidad general del equipo y a la tarea que seleccionemos. Si elegimos demasiados roles o tareas ofensivos o defensivos, la táctica estará desbalanceada y el equipo no hará una transición correcta de ataque a defensa y de defensa a ataque.
Como podrán ver, algunos jugadores ocupan puestos para los que están bien adaptados mientras que en otros casos son jugadores que aún tienen que aprender a desarrollarse en sus funciones, particularmente Kamarieh y Rabiega.
Banda izquierda
Gelici es diestro, de manera que como IW-S (Interior Inverso – Apoyo) podrá ocupar el carril interior, arrastrando la marca del lateral derecho opuesto. Eso liberará espacio para que Turnley, un buen carrilero ofensivo, ataque por allí, por lo que le di el rol de WB-A (Carrilero – Ataque).
A su vez, como el IW-S ocupará el espacio del carril interno, coloqué a Müller como un DLP-S (Pivote Organizador – Apoyo). Es un rol que se retrasará y no atacará el área rival como lo haría un AP (Organizador Adelantado).
Banda derecha
En la banda opuesta, por el contrario, contamos con un excelente EXT como Jagne, por lo que se hará cargo de toda la banda. Entonces, Schmunck ocupará el rol de FB-S (Lateral – Apoyo), un papel mucho más conservador que el de Turnley; eso nos dará mayor solidez defensiva.
Por esta razón, Kamarieh está en un rol de Mezzala, para que ataque desde el centro el carril interno de su banda mientras Jagne obliga a la defensa rival a estirarse, concediendo oportunidades en los medioespacios.
Conclusión
El fútbol, como todo deporte de grupo, depende de que todos hagan su parte para que el equipo triunfe. Como entrenadores, es nuestro trabajo a la hora de crear una tacticas en Football Manager lograr eso.
“Uno no piensa en términos de jugar un fútbol hermoso o ganar jugando feo. Uno sabe que la mejor forma de ganar es jugar de manera que todos muestren su talento. Lo maravilloso del fútbol es que nadie tiene todas las herramientas, pero en un deporte de equipo sucede algo muy interesante y es que hay que desplegar las mejores cualidades de cada jugador y darle armonía para que el equipo trabaje junto y sea eficiente. Ese equipo tendrá un estilo porque todos demuestran lo que pueden hacer, y será un equipo eficiente porque todos darán lo mejor de si al grupo”. Arsène Wenger
Con una mentalidad correcta, el esquema adecuado, los roles justos y una táctica balanceada deberíamos poder lograr que el equipo juegue como queremos. Resta ahora sumergirnos en el ajuste de los detalles que refinarán el estilo, y eso es lo que veremos en la segunda parte.
Hasta entonces, muchas gracias por leer y saludos!
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